Trump, Nacionalismo y Globalización

Pelegrin Castillo

Las naciones y el nacionalismo que suele acompañarle, han sido declarados extinguidos o superados en numerosas ocasiones. Sin embargo, renacen una y otra vez con gran fuerza, a veces, virulenta y destructiva. Y es que como expresó Burke, » las naciones son entes complejos: están integradas por seres que existen y por seres que no existen, que no existen porqué murieron o porque no han nacido»

Se van realizando en la historia desde tiempos inmemoriales: tienen instintos, sentimientos, personalidad, memoria colectiva. Trascienden a individuos, grupos, etnias, y son claves en su formación, existencia e identidad. Cuando las naciones son desconocidas o aplastadas demuestran tener gran resiliencia. Igual, cuando experimentan que su seguridad o modo de vida están amenazados. Es grave error minimizarlas.

Los imperios centroeuropeos se desintegraron en una conflagración mundial detonada por grupos nacionalistas. El imperio sovietico sucumbió en forma sorprendente e incruenta, en gran modo, por subestimar «la cuestión nacional», que a Gorbachev en su libro Perestroika apenas le mereció unas líneas.

La tendencia a devaluar las naciones, sus identidades y sensibilidades, en tiempos de globalización ha sido muy acentuada,cargada de soberbia. Desde el enfoque neoliberal son «vestigios de tribalismo» . Para los comunistas «un prejuicio burgués».

Detrás del hecho innegable de que los pueblos del mundo están más interconectados que nunca, por procesos cada vez más complejos y necesidades que exigen cooperacion supranacional, hay mucho de un discurso ideológico dirigido a construir el imaginario de un mundo sin fronteras estatales ni identidades nacionales, cada vez más homogeneizado por los mercados, las grandes marcas y las empresas multinacionales. Ton Freidman auguró el fin de las guerras y conflictos etnicos en sociedades donde se instalara la franquicia Macdonald

En estos días, naciones y nacionalismo demuestran su gran persistencia y reactivad en Europa y EUA, donde existen agrupaciones poderosas de resistencia y contestación de los esquemas imperantes de globalización y supranacionalidad. El Brexit asestó un durísimo golpe a la construcción europea, y reforzó los movimientos similares en el continente. Pero, sin dudas, la elección de Trump-paradójicamente el hacedor de una exitosa marca global-, encabeza la rebelión contra las élites globalizadoras que han pretendido afianzar su dominio destruyendo naciones y disolviendo valores tradicionales.

El Presidente Trump, que no cuestiona propiamente la globalización, recibió mandato del pueblo nortamericano de revisar y reajustar la relación costo beneficio de los EUA con la misma. A todas luces, el saldo de esa relación ha sido perjudicial para sus clases trabajadoras y medias, cuestiona la hegemonía social de su mayoría blanca y sus valores, y amenaza la paz mundial al arrastrarlos a una confrontación con la Rusia de Putin, asediada y recelosa, que a su vez reafirma un nacionalismo panruso.

CAJITA CONVERTIDORA

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