El líder griego espera lograr la mayoría absoluta para tramitar el acuerdo con Macedonia
En un clima político bronco, con profusión de amenazas, el Parlamento griego tiene previsto votar la noche de este miércoles la moción de confianza al primer ministro, Alexis Tsipras, tras la ruptura de la coalición de gobierno y la pérdida de mayoría absoluta en la Cámara. Tras dos días de debate entre partidarios y detractores del acuerdo firmado con Macedonia, el líder de Syriza espera lograr 151 apoyos (la mayoría absoluta del Parlamento, de 300 escaños) gracias al respaldo de sus 145 diputados, cuatro rebeldes del que fuera hasta el domingo su socio de coalición, Griegos Independientes (retirado del Ejecutivo por su oposición al acuerdo); una independiente expulsada el año pasado de la conservadora Nueva Democracia (ND) y un diputado del liberal To Potami.
«Pido al Parlamento que renueve su confianza en el Gobierno que sacó al país de la crisis», ha declarado al arrancar el debate Tsipras, en referencia a la salida del rescate, que presenta como logro más palpable, junto con el acuerdo con Skopje, de su mandato. El líder de Syriza ha estimado que las próximas elecciones no se celebrarán antes del otoño pues el Gobierno tiene aún «nueve meses y misiones muy importantes», dijo, citado por la agencia AFP.
Teóricamente, el voto de confianza solo requiere una mayoría simple, que no debe ser inferior a 120 diputados presentes, pero el objetivo del Ejecutivo es «obtener más de 151 votos, aunque no sea técnicamente esencial», ha declarado Dimitris Tzanakopoulos, portavoz del Gobierno, citado por la agencia Ana. Los 78 diputados de ND, principal partido de la oposición, votarán en contra para precipitar la caída del Gobierno y la convocatoria de elecciones.
El juego sucio ha acompañado hasta el último minuto el proceso, que arrancó con la firma, en junio pasado, de un histórico acuerdo con el país vecino que pone fin a un contencioso nominal de 27 años. La diputada independiente procedente de ND, Katerina Papakosta, que en la última remodelación ministerial, en otoño, fue nombrada viceministra de Protección Civil, habría presentado este lunes su dimisión tras recibir amenazas de muerte por su intención de votar a favor de Tsipras, según han informado medios locales. El jefe de Gobierno no aceptó su renuncia, según las mismas fuentes. Otros políticos que también han anunciado que votarán a favor de Tsipras, del acuerdo o de ambos, han recibido amenazas, por las que el lunes fue detenido un hombre en Atenas.
Las recibidas por Papakosta contenían imágenes muy gráficas de cabezas decapitadas, según medios locales. En el norte del país, donde se concentran los sectores más nacionalistas, han aparecido carteles con fotografías de diputados de Syriza y acusaciones de traición, lo que ha originado la detención de otras cuatro personas. Organizaciones ultranacionalistas han convocado una manifestación contra el acuerdo en Atenas el próximo día 22.
La ratificación en el Parlamento griego del acuerdo con Macedonia es inminente —la próxima semana, según ha apuntado su presidente—, y de ella depende su entrada en vigor y la modificación oficial del nombre del país vecino, en el futuro República de Macedonia del Norte, aprobada el viernes por el Parlamento de Skopje. El mantenimiento en la futura denominación de la palabra “Macedonia” —que designa también una región del norte de Grecia fronteriza con la antigua república yugoslava— provocó la renuncia como ministro de Defensa de Panos Kammenos, líder de Griegos Independientes, y la retirada de su partido del Ejecutivo. Solo dos diputados, de los siete de que constaba el grupo parlamentario, han secundado a Kammenos; los otros cuatro han sido expulsados del partido y obligados a dejar sus puestos en el Gobierno.
La firma de este acuerdo histórico, que ata uno de los cabos aún sueltos de la desintegración de Yugoslavia —el otro es el contencioso entre Serbia y Kosovo—, es también, para el Gobierno de Tsipras, una oportunidad de oro para que Grecia recupere en los Balcanes el protagonismo de que gozaba hasta 2010, cuando se firmó el primer rescate con la troika y el país se abismó en la recesión. Pero, aun saliendo adelante el acuerdo en el Parlamento, las próximas elecciones podrían cambiar radicalmente el escenario político, ya que los sondeos dan una amplia ventaja —un promedio de una decena de puntos— a ND, que se opone al acuerdo con Skopje. Ni siquiera la ampliación de la base política del Gobierno de Syriza, su evidente giro al centro, dando cabida en sus filas a la conservadora Papakosta o al moderado Fotis Kouvelis, parece haber impulsado su intención de voto.