Cuando decidimos tocar la puertas de un amigo para solicitar ayuda, mínimamente pensamos en las posibilidades reales que tiene ese amigo de podernos ayudarnos, pensamos en los pro y en contra, incluso muchas veces contribuimos para que el amigo aumente las posibilidades de ayudarnos.
Veamos ahora el pueblo como ese amigo que necesita ayuda, ayuda para erradicar la corrupción administrativa, la impunidad y otros tantos males que nos afectan, y al presidente como el amigo que nos puedes ayudar; Sabemos que en el sistema político que vivimos los dominicano, llegar a la presidencia de la Republica, no es tan sencillo como mucho quieren presentarlo, todos los que tenemos
mínimamente, un dedo de frente de conocimiento político lo sabemos; incluso pocas veces podríamos decir que tenemos un presidente que pueda actuar por convicción propia.
En el escenario de hoy tenemos un presidente al que sin analizar las formas, le reconocemos que ejerce todo el poder en los cuerpos castrenses, Policía Nacional, Alta Cortes, Congreso y sistema de justicia en sentido general. Esto significa que si tenemos el amigo que nos puede ayudar a resolver los problemas, lejos de tratar de debilitarlo, debemos contribuir a que se fortalezca o se libere de las atadura del sistema para que finalmente pueda ayudarnos.
La marcha verde es el mejor recurso, más aun; es el recurso que necesita el presidente para librarse de las atadura que crea el sistema y poder ayudarnos, hemos logrado con este movimiento crear el elemento fundamental, solo que sin pensarlo en vez de colocarlo a favor de la única persona con capacidad de resolver el problema se lo estamos restando, lo que traerá como consecuencia que no se podrá resolver y obliga al presidente a abrazar más las causas y razones que impulsaron su investiduras, terminando usando ese poder para sostener sus posiciones y la de sus promotores.
Es tiempo de concientizarnos y demostrar nuestros verdaderos intereses, canalizando la lucha a favor de la solución, no debilitando la única posibilidad de lograr nuestros objetivos.
Si entregamos al presidente de turno el poder del pueblo, estriamos contribuyendo a la solución definitiva de este flagelo.
