Un estudio masivo de ADN revela que muchos vikingos no eran ni rubios ni escandinavos

muertes vikingosLa cultura popular normalmente representa a los vikingos como fieros guerreros de cascos con cuernos y maestros en el infame arte del saqueo y la piratería, cuando jamás llevaron ese tipo de indumentaria y también eran consagrados comerciantes de pieles, colmillos y grasa de foca. Además, como procedían de Escandinavia, se les suele representar con cabellos rubios y ojos azules, a imagen y semejanza de los escandinavos actuales.

Pero de nuevo, la realidad es otra. Un estudio a gran escala de ADN antiguo, en el que se ha extraído el material genético de cientos de restos humanos, ha revelado que muchos vikingos no eran rubios ni escandinavos. De hecho, muchos portaban ADN de gentes procedentes de sur de Europa y de Asia, por lo que no es de extrañar que tuvieran ojos castaños y ojos marrones. Además de eso, se han descubierto casos en los que personas no vikingas fueron enterradas como tales. Estas conclusiones se han publicado en « Nature» este miércoles.

 

«Tenemos la imagen de que los vikingos se mezclaban entre ellos, que comerciaban y que iban en bandas a saquear y a luchar contra los reyes de Europa», ha explicado en un comunicado Eske Willerslev, director del estudio e investigador en las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Copenhague (Dinamarca). «Pero, gracias a los genes, hemos mostrado por primera vez que su mundo no era así».

La Edad de los Vikingos

Entre los años 800 y 1050 tuvo lugar la Edad de los Vikingos, el momento de esplendor en el que estos navegantes se ganaron su apelativo, que viene de vikingr o pirata, a la vez que extendieron su influencia política y genética por Europa y más allá. Su osadía y su pericia le llevaron a dominar las actuales Inglaterra, Dinamarca y Noruega o a que Leif Eriksson pisara América del Norte 500 años antes del viaje de Cristóbal Colón.

Pero, ¿quiénes eran realmente los protagonistas de esta historia? «No sabíamos cómo eran, genéticamente, hasta ahora», ha comentado Willerslev. Sin embargo, en esta ocasión, gracias al estudio del genoma de 440 individuos, incluyendo hombres, mujeres y bebés, los científicos han podido dibujar un esquema general.

Por ejemplo, han observado que algunas poblaciones de vikingos estaban mas aisladas de lo que pensaban; también han constatado que, durante la época de esplendor, los vikingos de la actual Noruega fueron a Irlanda, Escocia, Islandia y Groenlandia, mientras que los de la actual Dinamarca fueron a Inglaterra; por último, los vikingos de la actual Suecia extendieron sus saqueos por los países bálticos.

Pictos enterrados como vikingos

Además, los restos de una nave funeraria hallada en Estonia, en la que se descubrió que había cuatro hermanos, muertos el mismo día, les llevó a averiguar que una partida de saqueo podía incluir no solo a habitantes de un mismo poblado, sino también a miembros de una misma familia.

Por otro lado, un enterramiento en Orkney, Escocia, mostró que muchos de los que fueron enterrados como vikingos no lo eran genéticamente. Es el caso de varios pictos, un grupo de población que vivió al norte y este de la actual Escocia entre el final de la Edad del Hierro y al comienzo de la Edad Media.

Pero, quizás por encima de todo: «Nuestra investigación desmiente la imagen moderna de los vikingos como rubios de ojos azules, y muestra que muchos tenían el pelo castaño y estaban influidos por el influjo genético de fuera de Escandinavia», ha resumido Eske Willerslev.

«Nuestra investigación desmiente la imagen moderna de los vikingos como rubios de ojos azules»

Los investigadores han destacado el hecho de que la «la identidad «vikinga» no estaba limitada a las personas que tenían una ascendencia genética escandinava», según Søren Sindbæk, couator del trabajo. Para Fernando Racimo, otro de los investigadores, gracias a este artículo se puede «comenzar a inferir el aspecto físico de los vikingos antiguos» y desentrañar el flujo de la selección natural sobre esta población, en relación con rasgos como la inmunidad, la pigmentación o el metabolismo.

En opinión de Ashot Margaryan, primer autor del trabajo e investigador en la Universidad de Copenhague, en resumen, este análisis masivo ha permitido obtener unos resultados «asombrosos» y «responder a antiguas preguntas y confirmar asunciones previas para las que no había muchas evidencias».

«Todo esto cambia la percepción de quién era realmente un vikingo», ha dicho Eske Willerslev. «Habrá que acutalizar los libros de historia».

Para ello, ha sido necesario que los científicos extrajeran el ADN de huesos y dientes de 440 individuos enterrados en Groenlandia, Ucrania, Reino Unido, Escandinavia, Polonia y Rusia. En todos estos casos, recurrieron a la secuenciación «shotgun», que fragmenta y agrupa el material genético para obtener la secuencia completa de todos los genes del individuo (el genoma).

En definitiva, este trabajo vuelve a mostar el enorme potencial del ADN antiguo para rastrear el legado genético de individuos de épocas históricas. De hecho, Willerslev es uno de los investigadores más exitosos en este campo, donde las más modernas técnicas de secuenciación permiten analizar el material genético de restos humanos de siglos o milenios de edad: así es como este investigador ha rastreado los orígenes del virus de la hepatitis B, de las poblaciones europeas o del terrible virus de la viruela.

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