El lecho marino del planeta está contaminado con unas 14 millones de toneladas de microplásticos, publica este martes un estudio australiano que revela que la cantidad de estas diminutas partículas en el océano profundo es 25 veces mayor de lo que se creía.
‘Nuestra investigación demuestra que el océano profundo es una batea de microplásticos’, recalcó Denise Hardesty, coautora del estudio de la agencia de investigación científica gubernamental australiana CSIRO (siglas en inglés).
La investigación, que es la primera que calcula a nivel mundial la cantidad de microplásticos en el lecho marino, revela también que el número de fragmentos de este material en el fondo de los océanos es generalmente más alto en las áreas en donde hay una mayor cantidad de basura flotante, incluso en zonas remotas del planeta.
‘Los microplásticos, efectivamente, se asientan en el lecho marino’, comentó Justine Barrett, de CISRO y líder de este estudio, al alertar que incluso ‘el mar profundo es susceptible al problema de la contaminación plástica’.
El análisis de los científicos de CSIRO realizado con un robot submarino, que recolectó muestras frente a las costas del sur de Australia a una profundidad de al menos tres kilómetros, indican que la cantidad de plástico existente en el lecho marino es 25 veces mayor de lo que se creía anteriormente, según el comunicado.
Con base a los resultados de la densidad de los plásticos en el océano profundo obtenidos en la recogida de muestras en el sur de Australia y el tamaño de los océanos, los científicos calcularon que la cantidad total de microplásticos en el lecho marino en todo el planeta es de unas 14 millones de toneladas.
Los expertos calculan que vertemos al mar al menos unos ocho millones de toneladas de plástico cada año, que tras decomponerse se convierten en diminutas partículas que ingieren los peces e incluso el plancton que forma la base de la cadena alimentaria marina.
Hardesty enfatizó que la contaminación de los océanos con plástico es un reconocido problema ambiental por lo que creen que su estudio ‘ayudará a adoptar estrategias informadas de gestión de basura y a crear cambios de conducta y oportunidades para frenar la entrada del plástico y otro tipo de desperdicios a nuestro ambiente’.