Más de 80.000 niños que fueron repatriados recientemente desde Angola a la República Democrática del Congo (RDC) necesitan ayuda humanitaria, según un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) divulgado este miércoles por medios locales.
«Miles de niños congoleños se encuentran expuestos a las condiciones meteorológicas, el hambre, la inseguridad y la violencia», señaló el representante de Unicef para la RDC, Gianfranco Rotigliano, en dicho comunicado. Estos menores están privados de agua potable, atención sanitaria y servicios educativos, por lo que la situación es «muy preocupante», destaca el organismo.
Angola ha repatriado a cerca de 300.000 inmigrantes congoleños desde el pasado 26 de septiembre en la llamada «Operación Transparencia» contra la extracción ilegal de diamantes y la inmigración irregular.
La mayor parte de los inmigrantes están regresando a pie desde la provincia de Lunda Norte, fronteriza con la RDC, aunque todavía muchos permanecen en pequeñas aldeas fronterizas donde el precio de los alimentos se ha multiplicado y según denuncia Unicef, «los niños podrían sufrir malnutrición».
Respetar los DD.HH.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió a mediados de octubre de que «las expulsiones masivas son contrarias a las obligaciones asumidas por la Carta Africana» y exigió a los dos países a respetar los derechos humanos de los afectados.
Esta maniobra ya provocó una reacción del Gobierno congoleño, que prometió pedir explicaciones a las autoridades angoleñas y no descartó medidas contra miles de ciudadanos procedentes del país vecino que viven desde hace décadas en la RDC.
La «Operación Transparencia» es una medida impulsada por el presidente angoleño, João Lourenço, cuyo fin es erradicar, hasta 2020, la extracción ilegal de diamantes para no condicionar el mercado de diamantes y atraer inversiones en el sector.