¿Dónde quedó la candidatura de Alfonso Rodriguez?
Emergió con ímpetu, buenas propuestas, entre malas palabras y malas palabras, los políticos «profesionales» lo miraron por encima del hombro y los nuevos populistas lo vieron como competencia; muchos en el pueblo dijeron «otro más» y otros lo aplaudieron.
Aspirar no es caer bien, ni estar harto, ni gritar impromperios a todos, menos, colocar en manos inexpertas las redes para bloquear todo el que caiga mal, el que acose, el que denigre.
Aspirar es algo serio, es querer dirigir un país, no «arreglarlo», prometiendo que en seis meses sacaras todo ilegal y otras utopias más.
Aspirar necesita además de los impulsivos «quillados» que abogan por expulsar a todos, y meter preso al otro sector, es querer tener un plan «amuebleao» y saber que se necesita algo más que simpatizantes, se necesitan votantes.
Es posible si, que Alfonso, luego de salir en los medios que conoce, que son la radio y la TV, esas que la juventud ni ve ni escucha, creyera que era el comienzo de un intento medianamente fácil a jugar por lo desgastado que aparentemente está el sistema de partidos, carcomidos por cúpulas corruptas… sin embargo, la política real tiene otros parametros que son los que dan el gane, incluso, el avance, de cualqueir intento electoral.
Alfonso se esfumó, aparenta «desinfle», quien sabe si anda «por ahi»… haciendo un filme.